un diario posible

domingo, 19 de abril de 2009


Cosas que me pasaron hoy mientras iba a comprar el pan:
Estomba y Caronti: un señor muy viejo con bolsas de la Cooperativa: Buen día ¿Está abierta la Cooperativa? Si, la de Belgrano. ¿Se vino de allá caminando? Si, estoy obligado. Le explico: yo tengo a mi esposa muy enferma hace dos años. Una vez por semana vengo a visitarla y ¿ve? le traigo facturas. Yo trabajé hasta los 81 años y tendría que estar descansando, pero ya ve, estoy obligado. Adiós, buen día. Adios, bonita. Por Caronti se escuchan pocos autos y bastantes pájaros, el aire está tranquilo todavía. Entro: ¿Qué vas a llevar? Pan mignon, una tirita. ¿Así? Agregame dos pancitos. El día está hermoso, está fresquito pero se va a poner re lindo. Sí, seguro a la tarde va a hacer calor, como ayer. La panadería está hermosa y dorada y llena. Se lo digo a la panadera: ¡Gracias! ¿Vas a llevar alguna otra cosita? ¿Facturas, sandwichs? No, gracias, estoy a dieta. Cómo te envidio (es redondita pero hermosa) yo tengo un problema de tiroides... Adiós, buen día. Me paro en la boutique de la esquina: dos pantalones muy lindos y un chaleco muy raro, como con lanas colgando, habría que verlo, debe ser muy fácil de hacer. En un jardín, una fuente con un ángel pequeño. Las santarritas iluminadas, el perfume del pan. ¡Son tan lindos los domingos a la mañana! Me parece que voy a empezar a trasnochar los viernes y madrugar los domingos.

3 comentarios:

Claudia on 19 de abril de 2009, 19:06 dijo...

No hay como las mañanas de domingo...pocos autos, poco ruido, todo tranquilo...el aroma de un cafe o mirar la espumita que se forma mientras te cebas un mate, el olor de las tostadas...un universo de pequeños mundos sutiles que colman el alma.

juligrecco on 22 de abril de 2009, 22:40 dijo...

hermoso este texto eva
quiero más!

Ricardo de Armas on 23 de abril de 2009, 22:35 dijo...

Tengo hermosos recuerdos de cuando era niño. Me gustaba quedarme el fín de semana en la casa de mi abuela. Los domingos a la mañana me daba plata para ir a la panadería a comprar facturas y después ella me llevaba a misa (aunque esto no me gustaba y me parecia muy aburrido)