un diario posible

domingo, 19 de febrero de 2012


A la noche salían los animales salvajes: los dragones, las tortugas gigantes, los gliptodontes. Yo me alejaba lentamente, pero cerca de las cascadas, entre las hojas oscuras, apareció el tigre. El tigre blanco, el tigre de nieve apoyó sus patas en mis hombros. Yo no tenía miedo, él me había dicho una palabra muy dulce que no recuerdo.


3 comentarios:

Ana Miravalles on 19 de febrero de 2012, 12:50 dijo...

que hermoso sueño, sutilmente amoroso

Eva on 19 de febrero de 2012, 13:08 dijo...

Gracias Ana! Lo escribí porque es muy raro y muy hermoso enamorarse de un tigre.

Claudia Bakún on 9 de marzo de 2012, 2:24 dijo...

hermoso sueño, bellamente narrado