un diario posible

jueves, 22 de septiembre de 2011


Hoy junté flores en el jardín de mi hermana. Conservar una flor es un acto algo cruel. Ellas viven efímeras su vida silenciosa y tímida. Ahora, a la noche, las saqué de su caja y me puse a prensarlas. Hay que poner un papel finísimo para no manchar las hojas del libro. Hay que cortar ese tallo verde que es como una flor y allí se abre su sexo. Ellas se mueven pudorosas, casi ninguna se deja atrapar abierta, entera, con todos sus pétalos juntos como un sol. Elegí para prensarlas un libro enorme, violeta, escrito con una letra minúscula, fue mi único acto de piedad, que duerman apretadas entre los versos de un poeta que pudo entender su levedad como nadie.



1 comentarios:

Claudia Bakún on 1 de octubre de 2011, 0:39 dijo...

hermosísimo, Eva! (yo las junto sin poner el papel finísimo, una hasta manchó mi DNI, ejem)
sensibilidad extrema, como un pétalo.Gracias por ocmpartirlo.