un diario posible

lunes, 16 de noviembre de 2009


Ahora sí llueve bien fuerte, y abro la ventana para que se refresque la casa, para que entre como un rocío y el perfume de la lluvia. Es un acontecimiento la lluvia, algo que nos cansamos de pedir y ahora llega como un alivio, como una fuente de felicidad. Pero ni siquiera pensando "esto le va a hacer bien al campo"; nuestra parte animal, vegetal, se alegra. A la tarde cuando se insinuó la lluvia, en el recreo y con el sol, los chicos salieron al patio a mojarse, a saltar en los charcos incipientes. Jugaban a gritar como si los truenos los asustasen. Y era una fiesta de la que volvieron con el pelo, con los guardapolvos empapados.





4 comentarios:

marisa negri on 16 de noviembre de 2009, 22:41 dijo...

nuestra parte vegetal...qué lindo...me voy pensando en eso

besos!!

Eva on 16 de noviembre de 2009, 22:45 dijo...

despues de escribir "savia" medio que me mimetice, jajaja

besos!!!

Natalia Molina on 17 de noviembre de 2009, 1:57 dijo...

qué lindo!
qué llueva! qué llueva!

(qué bueno que subiste lo que escribiste cuando viniste a sierra, es hermoso!, y te recuerdo leyendo en la cocina de casa en voz alta)

abrazo!

Eva on 19 de noviembre de 2009, 9:05 dijo...

Natalia:
fue muy lindo ese viaje, ya se que te plomee dias y dias con esa frase, pero no sabés como lo necesitaba...
un abrazo