domingo, 17 de mayo de 2009
Llegaron los días grises del otoño, y dan ganas de guardarse: acostarse temprano como las gallinas, arrebujarse como ellas, la cabeza entre las alas. Estar cerca del fuego del hogar, aunque sea un fuego azul de calefactor y hornalla. Hacer dulce, tejer y guardar esas cosas ricas y tibias como caricia y abrigo para el invierno. Leer mucho, invitar a los amigos a cenar: hace frío para andar por la calle.
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