un diario posible

viernes, 29 de julio de 2011


El jueves empecé un taller con Elsa Manuel, y mientras tejía no paraba de hablar de mi abuela. Mi abuela era una genia. Me enseñó la alegría de estar en casa, siempre ocupada, nunca aburrida. La paciencia para cocinar, para esperar que todo, todo, incluso la pava para el mate se caliente al fuego mínimo. Me enseñó a confiar en que todo al final sale bien, como dios quiere. El tiempo se alarga y las cosas salen haciendo un poquito cada día: un rato con las plantas, un rato con la ropa, a la mañana tejiendo o rezando mientras se hace la comida. El dulce nunca se le quemaba, las tortas nunca se le arrebataban, porque el fuego era su amigo y lo trataba con suavidad. Trataba de no tirar nada, de que todo volviera a servir: la lana destejida, lavada y vuelta a tejer, los sachets de leche cosidos y transformados en bolsas para la compra, hasta inventó unos tubitos hechos con rollos de cocina y tapas de desodorante para guardar las agujas.
Ahora yo, cansada y enferma de tanto leer, de tanto tratar de enseñar cosas que ni yo sé si sirven a chicos que no quieren aprenderlas, vuelvo a encontrar ese lugar calentito entre mujeres que tejen y hablan de cosas nimias, y vuelvo a disfrutar como cuando era una nena y ella me enseñaba los puntos.






4 comentarios:

Ana Miravalles on 29 de julio de 2011, 23:18 dijo...

que bueno, eva, ( me da un poquito de envidia!)besos

Eva on 30 de julio de 2011, 10:56 dijo...

Un sábado de estos me llevo el bolsito y tejemos juntas, total no creo que Nina haga tantos desastres con las lanas como los que intenta hacer Lorenza ;)

Claudia Bakún on 21 de septiembre de 2011, 2:51 dijo...

Eva: me conmueve este texto...yo he tenido que inventarme esa abuela, pero en cambio comparto la vivencia del final "Ahora yo, cansada y enferma de tanto leer, de tanto tratar de enseñar cosas que ni yo sé si sirven a chicos que no quieren aprenderlas"...suerte que vuelvas a encontrar ese lugar calentito.
Cariños

Eva on 21 de septiembre de 2011, 10:37 dijo...

Ponete a tejer, Claudia! No sé por qué pero pone las ideas y las cosas en orden y proporción.