un diario posible

viernes, 11 de febrero de 2011


La ciudad se vuelve amarilla, blanca y celeste en la luz de la tarde. Abro la ventana. Leo un libro de Hopper que me prestaste y pienso que tal vez me presientas sentada en el sillón a través de las cortinas que la brisa mueve.



1 comentarios:

Claudia on 16 de febrero de 2011, 20:28 dijo...

que lindo..besos