Cosas que pasaron el domingo:
Un globo amarillo se voló repentinamente, teníamos el pelo lleno de papel picado. Otro globo naranja casi se vuela, lo llamamos entre todos y volvió mansito. En la plaza nos hamacamos, para sentir el viento en la cara, para ver el sol entre los primeros brotes, pero sobre todo pensando que podíamos llegar a tocar el árbol.
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