En el té con limón y miel mojo una masita de semillas. Es delicioso y nuevo este sabor, no me recuerda a nada, salvo, tal vez, a una magdalena que nunca comí.
Todavía conviven en el placard las soleras con los sweters, las sandalias con las botas. Sin embargo el verano se va, y aunque digan que el otoño es la mejor estación en Bahía Blanca, pienso en la playa cada vez más lejana, mientras mi piel va perdiendo el color y lo único que me queda es una tobillera atada de manera que si la saco la rompo para siempre.
El blog quedó hecho un chichito, pero esta no es la única cosa buena que hizo Wally desde que está en casa, también: 1)Tuvimos conversaciones muy serias. 2)Tuvimos conversaciones muy pavas. 3)Cociné y comimos rico. 4)Vimos películas hermosas. 5)Escuchamos muy buena música. Es lindo vivir sola, pero también es muy lindo, de vez en cuando, tener huéspedes.